domingo, 5 de abril de 2009

La Columna del Crítico Número Uno

Pasó de todo esta semana, mis queridos amigos. Polémicas al por mayor en el ámbito del Fútbol de los Jueves, una derrota inesperada de la Selección que conduce (se cortó solo y así le fue) Diego Maradona y la muerte del doctor Raúl Alfonsín.
Vamos por orden para no perdernos. Con respecto al tema del famoso tacle deslizante, y desde mi experiencia como árbitro, les cuento que el reglamento del fútbol es sabio. ¿Por qué lo digo? Es el único reglamento deportivo que, más allá de algunos retoques para agilizar el juego, nunca se ha modificado. ¿Será esto una consecuencia por ser el más maravilloso y popular de los deportes? Vaya uno a saber. Demuestra su sabiduría en un tema tan polémico como el de “ir al piso”; me estoy refiriendo a la “mano”. “Sólo se juzga la intención y queda a criterio del árbitro.” Excelente, esto no es matemática. El reglamento no es tonto y no se mete en una zona tan gris. ¿Cómo juzgar realmente la intención? Muy bien, que lo resuelva el árbitro. Pasa exactamente lo mismo con la jugada discutida en el Fútbol de los Jueves. El Crítico Número Uno les recomienda decidir en el momento si el tacle le llevó riesgo al adversario o no. Como los árbitros resuelven en el momento si una mano fue intencional o no. HAGAN SABIO AL REGLAMENTO DEL FdlJ Y TENDRÁN MÁS SABIDURÍA USTEDES.
Del tema Bielsa sólo les pienso decir que es un excelente profesional en un ámbito donde hay “mucho chanta suelto”. Insisto con que esto no es una ciencia exacta. Muchas veces se pueden escribir libros enteros denostando ó alabando a un entrenador basándose en la alternativa de que la “pelotita” haya entrado o no.
Con respecto al Diego, dije que se cortó solo porque así fue. Algo les había adelantado yo de que el tipo estaba agrandado. Mis asesores “Pirincho” y “Fantasma” tienen acceso a información confidencial relacionada con Carlos Bilardo; el hombre está cada vez más caliente con un Maradona que tomó mucho vuelo con tres triunfos y desoyó sus consejos, que, dicho sea de paso, son los consejos de un técnico experimentado y con títulos. Es cierto que los que entran a la cancha son los jugadores, pero el que los elige (¡puso a Lucho González!) y ordena mucho tiene que ver.
Por último, mis amigos, quiero expresar el sentimiento de pena que me envuelve por la desaparición física de un gran hombre que, a diferencia de otros, no tenía causas pendientes con la Justicia. No me meto en política porque no es mi ámbito; sólo digo que por los presidentes que sucedieron a Raúl Alfonsín no se me caerá una sola lágrima. Ahora sí, pasemos a las perlas.

Créanme que me llevó mucho tiempo tomar esta decisión. Pese a que finalmente a su equipo se le escapó el partido y que algunos de sus compañeros lo trataron de “morfón”. Usted, GUSTAVO HORACIO CIMA, a fuerza de goles se ganó esta Perla Blanca. Dieciséis goles en dos partidos la avalan. Ni por asomo tuvo la actuación descollante del cotejo anterior, pero, sin dudas, sigue “dulce” en la definición. Además el crítico no deja de reconocer que usted ha mejorado notablemente su puntería en el momento de enfrentar a los arqueros. ¡¡¡PERO TENGA MUCHO CUIDADO!!! Si en alguna ocasión pierde ese olfato goleador y, además, persiste en esa actitud suya de no habilitar a compañeros mejor ubicados, puede ser acreedor de una Perla Negra demoledora. Auque tengo fe, mi querido amigo, de que esto no va a suceder por el momento.

¡Cuánto lamento tener que otorgarle una nueva Perla Negra, señor JORGE MARIO RADAELLI! En esta ocasión, el crítico apelará a la fría estadística. ¿Sabe cuándo fue la última vez que usted hizo un gol? El jueves 5 de marzo ¡HOY SE CUMPLE UN MES! TIENE PEOR PROMEDIO DE GOL QUE OLMO. Mire: si usted hubiese aportado aunque sea un tanto el día jueves, su equipo se habría alzado con la victoria. Señor Radaelli: esto no es un capricho del crítico. Si a su juego, a su marca, y a su constante ida y vuelta les agrega presencia en el área rival, su rendimiento le dará mejores frutos al equipo; y, seguramente, su panorama con respecto a las perlas podrá dar un vuelco hacia el lado “blanco”. Usted me entiende, ¿no? Porque si no, mi querido Jorge, a fin de año va a estar en condiciones de confeccionar un verdadero collar de perlas negras que deberá lucir avergonzado en este ambiente futbolístico tan crítico y polémico que nos toca vivir.


Por lo menos, así lo veo yo.

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