¡Qué regalito!

La división de los equipos se hizo en base a un criterio particular: se agrupó a los jugadores de acuerdo al color de la camiseta que vestían. Por eso, el equipo B tuvo a cuatro hombres de casaca roja y a Saiz con la habitual, de San Lorenzo. Fue el Comandante (o el Titiritero, como prefiera Pato Moreno, que no firma los comentarios que deja en este blog), que estaba como planillero por la rotación de la que todos serán parte algún jueves, quien tomó esa idea de distribución una vez que se analizó con otros presentes que esas formaciones brindarían un partido parejo.

Así fue en casi todo el transcurso del juego, luego de que el equipo B levantara una desventaja inicial de 1-4. Tras eso, el partido fue gol a gol hasta la jugada final, a la cual nos referiremos específicamente más adelante.

El equipo A había logrado esa diferencia en los primeros minutos gracias a la practicidad de sus ataques. Ciociano está recuperando lentamente su mejor nivel y ayer gravitó decisivamente en el trámite, pasando a gran velocidad por la mitad de la cancha y definiendo casi sin fallas cuando se le presentaron las oportunidades. Bolaños, en su esperado regreso, aportó bastante más que los dos goles que anotó; estuvo claro de mitad para adelante e interceptó varios ataques rivales en sector propio. Otro que se destacó fue Tagliafico, aunque lo suyo fue prioritariamente defensivo. Moreno fue un inteligente distribuidor de la pelota y Radaelli, volcado sobre la izquierda, cumplió una correcta labor.

En el equipo B, a priori mejor dotado para atacar que para defender, le faltó conducción para capitalizar mejor esa capacidad. El buen manejo de pelota de Germán Tabares no es suficiente si se queda sólo en eso, en participaciones estéticamente atractivas que en la mayor parte de las veces no pesan en beneficio de su equipo. El intento de un caño lindo pero inoportuno, la carencia de falta de ritmo para generar sorpresa y desconcierto en la defensa rival y la obstinada negativa a rematar al arco a pesar de su buena pegada son aspectos con los que Germán renuncia a utilizar plenamente su potencial. Cima -representante de El Fútbol de los Jueves en el inminente Mundial de Sudáfrica- estuvo movedizo en ataque y cumplió con su cuota habitual de gol, lo mismo que Saiz, la contracara del menor de los Tabares en el tema resolución de jugadas: a veces hasta exageradamente, Damián va al grano. Anoche, con un derechazo que se clavó en el ángulo superior izquierdo del arco que defendía Radaelli, marcó uno de los mejores goles del encuentro. Giordanelli cumplió y dejamos para el final a la figura decisiva de la noche.

Javier Hernán Tabares volvía al verde cemento después de muchas semanas de ausencia por sus compromisos laborales y sus vacaciones. Las consecuencias de esa inactividad eran notorias, pero aun así se las estaba arreglando para jugar un partido más que digno y hasta había logrado decir presente en el marcador. Con el encargado de la cancha con el silbato en la boca y listo para pitar el final, Javier fue desde su arco (estaba ocupándolo en ese momento) hasta la mitad de la cancha a tomar una pelota fácil. Moreno se acercó para ejercer una tímida presión, ante la cual el mayor de los Tabares intentó una injustificable gambeta. Como si le quitara un dulce a un niño, Pato se quedó con el balón y se fue a dejarlo dentro de la desguarnecida mete rival, ante el estupor de los compañeros de Tabares y del planillero (testigo privilegiado del mamarracho del comentarista de Fox).

Así se definió un partido que casi no había mostrado desnivel. Por un regalo.

Jueves 27 de mayo de 2010

Cancha #2 del complejo San Carlos

Equipo A 10 - Equipo B 9

A: Eduardo Bolaños (2), Leonardo Ciociano (5), Patricio Moreno (1), Jorge Radaelli, Martín Tagliafico (1). A este quipo debe computársele un gol en contra de Rodrigo Giordanelli.

B: Gustavo Cima (3), Rodrigo Giordanelli (1), Damián Saiz (4), Germán Tabares y Javier Tabares (1).

Votación para mejor jugador del partido

Ciociano, Moreno (3 votos); Bolaños, Cima (2).