Sin dudas, fue la noche más accidentada que hayamos tenido en mucho tiempo. Habíamos logrado que los diez convocados llegaran en hora, pero algo iba a salir mal.
La desventuras empezaron en el calentamiento, cuando en el peloteo previo al comienzo del partido Mauro Mazzotta (foto) sufrió una lesión en el dedo meñique de una de sus manos.
Se llamó a un servicio médico que pudiera atenderlo y dejarlo en condiciones de jugar, lo que resultó imposible. El juego comenzó con número desigual de jugadores, pero esa disparidad duró poco, ya que minutos después Damián Saiz debió dejar la cancha por una lesión en una rodilla que, según las primeras evaluaciones, lo va a dejar fuera de la cancha por un lapso prolongado.
Cuatro contra cuatro todavía era viable, pero habría más novedades. Aníbal Raczko acusó molestias en uno de sus aductores e imposibilidad decontinuar, por lo que el partido fue inmediatamente suspendido.
Algunos jugadores se trasladaron al sanatorio Santa Isabel para saber qué fue la lesión de Mazzotta, quien sufrió una luxación del dedo, que fue puesto otra vez en su posición y entablillado para favorecer la recuperación.
La desventuras empezaron en el calentamiento, cuando en el peloteo previo al comienzo del partido Mauro Mazzotta (foto) sufrió una lesión en el dedo meñique de una de sus manos.
Se llamó a un servicio médico que pudiera atenderlo y dejarlo en condiciones de jugar, lo que resultó imposible. El juego comenzó con número desigual de jugadores, pero esa disparidad duró poco, ya que minutos después Damián Saiz debió dejar la cancha por una lesión en una rodilla que, según las primeras evaluaciones, lo va a dejar fuera de la cancha por un lapso prolongado.
Cuatro contra cuatro todavía era viable, pero habría más novedades. Aníbal Raczko acusó molestias en uno de sus aductores e imposibilidad decontinuar, por lo que el partido fue inmediatamente suspendido.
Algunos jugadores se trasladaron al sanatorio Santa Isabel para saber qué fue la lesión de Mazzotta, quien sufrió una luxación del dedo, que fue puesto otra vez en su posición y entablillado para favorecer la recuperación.
2 comentarios:
Me cambié con mucho tiempo antes de salir de casa para llegar al verde cemento del Club San Carlos. Aproveché para chatear con mis amigos, cuando recibí la noticia de que Rodrigo Giordanelli no podía pasarme a buscar por casa para ir a jugar al fútbol (no contaba con la posibilidad de ir con mi auto ya que se lo dejé a mi esposa).
Entonces, decidí caminar hasta la Av. Directorio, con el tiempo prudencial para llegar 21.45; me subí al colectivo 126 le dije al chofer que me iba a bajar a la altura de José María Moreno y pusé la monedita de $ 1 en la ranura de la máquina expendedora del boleto y los 10 centavos de vuelto bajaron por la pequeña bandeja inferior para luego elegir el asiento para iniciar el viaje...
A mitad de camino, al cruzar Carabobo, irrumpió en el colectivo un ser enajenado, sacado, a los gritos nos señaló a las seis personas que viajaban con tranquilidad hasta allí, dónde estaba ubicada la comisaría más cercana y que desesperaba por dinero para que coman sus familiares o si no volvería a robar e iría buscar un revolver para tal fin.
Con una voz muy similar a la de Cobos en el senado la noche anterior, lo invitó a descender del vehículo, todos (me incluyo, claro) estabamos pálidos porque no sabíamos como iba a terminar la historia, hasta que el muchachote decidió bajar corriendo y golpeando el colectivo con bronca... qué alivio!
Seguimos cinco cuadras y allí un nuevo imprevisto: un caos de tránsito que no se movió en diez minutos; nadie sabía lo que sucedía, hasta que una mujer grande a los gritos les indicaba a cada automovilista que la policía cerró la avenida provocando un congestionamiento que parecía interminable. Había una importante pérdida de gas en la estación de servicio Petrobras de Emilio Mitre y Directorio; tres cuadras en derredor de ésta se cerraron las calles.
Decidí descender del colectivo (previo llamado a Saiz) y caminar... quince cuadras!!!! Pensé mientras desandaba el camino: ¿qué más me iba a pasar?
Llegué al club exhausto, el peso de mi bolso y mi pésimo estado físico provocaron el enorme cansancio.
Llegaron todos los convocados en hora.
Pagué $ 40 pesos al encargado de la cancha que accedió a ello.
Les devolví $5 a cada uno de los 8 players, $10 a Mazzotta que ni siquiera había comenzado a jugar y nos retiramos hacia el Sanatorio Santa Isabel donde atendieron a Mazzotta no estaba quebrado ni fisurado el dedo meñique, se lo "ordenaron" y se lo entablillaron por una semana.
Lo mejor fue la charla con pizza, gaseosa y flan en Flores junto a Mauro y Rodrigo Giordanelli, ya sin ningún inconveniente más.
Zizou:
Luego de este magnífico y detallado relato, recomiendo a las estrictas y "germanas" autoridades del FDLJ rebautizar el blog por "Las Aventuras de Ya se juega.com".
Buenas tardes, y saludos cordiales a Mauro.
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