Pablo Moreno
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“Desahuciado está el que tiene que marcharse a vivir una cultura diferente”, dice León Gieco. Es posible que sea así, aunque el término “desahuciado” suene un poco exagerado. Lo que este célebre cantautor no dice es el beneficio que puede producir una emigración como la que hoy nos ocupa.
La radicación en España de Pablo Gabriel Moreno tuvo una influencia inmediatamente positiva sobre una sola cosa: nuestro fútbol, que agradecerá eternamente que este sujeto se haya ido bien lejos del verde cemento de San Carlos.
Este ex Rioline (a esta altura son plaga como Agallano, Araujo, Cisneros, Tagliafico [aparición con vida y castigo a los culpables] y Trapani) ha dejado su marca en el complejo en el que nuestro grupo se reúne cada jueves. Para orientarlo, debieron balizar la cancha y rodearla de redes que evitaran que el protagonista del review de hoy siguiera corriendo hacia los partidos vecinos. Si los geniales Robert Zemeckis y Tom Hanks no lo hubiesen creado años antes, nuestro amigo podría ser un Forrest Gump criollo: sólo corría. No se sabe para qué, pero corría. Siempre tuvimos una duda: ¿cuántos octanos tendría el café con leche con el que desayunaba Pablito?
Del párrafo anterior habrán podido deducir que las condiciones de este individuo para el manejo del útil de juego son nulas. Pelota obviamente redonda, pies esféricos y una superficie color verde. Cada presencia de Pablo Moreno se asimilaba más a un concurso de carambolas que a un partido de fútbol, con el agravante de que, a juzgar por la impresentabilidad de cada contacto con el balón, el taco parecía guiado por Miguel de Cervantes Saavedra, el manco de Lepanto.
El que fue a Sevilla, perdió su silla; y el que a la pelota ahorca, lo mandamos a Mallorca. El archipiélago balear es el nuevo hogar de este hombre, quien procura el sostén propio y de su hermosa familia dedicándose a la actividad inmobiliaria. Ojalá le vaya bien, para que ni se le ocurra volver. Al menos los jueves.
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“Desahuciado está el que tiene que marcharse a vivir una cultura diferente”, dice León Gieco. Es posible que sea así, aunque el término “desahuciado” suene un poco exagerado. Lo que este célebre cantautor no dice es el beneficio que puede producir una emigración como la que hoy nos ocupa.
La radicación en España de Pablo Gabriel Moreno tuvo una influencia inmediatamente positiva sobre una sola cosa: nuestro fútbol, que agradecerá eternamente que este sujeto se haya ido bien lejos del verde cemento de San Carlos.
Este ex Rioline (a esta altura son plaga como Agallano, Araujo, Cisneros, Tagliafico [aparición con vida y castigo a los culpables] y Trapani) ha dejado su marca en el complejo en el que nuestro grupo se reúne cada jueves. Para orientarlo, debieron balizar la cancha y rodearla de redes que evitaran que el protagonista del review de hoy siguiera corriendo hacia los partidos vecinos. Si los geniales Robert Zemeckis y Tom Hanks no lo hubiesen creado años antes, nuestro amigo podría ser un Forrest Gump criollo: sólo corría. No se sabe para qué, pero corría. Siempre tuvimos una duda: ¿cuántos octanos tendría el café con leche con el que desayunaba Pablito?
Del párrafo anterior habrán podido deducir que las condiciones de este individuo para el manejo del útil de juego son nulas. Pelota obviamente redonda, pies esféricos y una superficie color verde. Cada presencia de Pablo Moreno se asimilaba más a un concurso de carambolas que a un partido de fútbol, con el agravante de que, a juzgar por la impresentabilidad de cada contacto con el balón, el taco parecía guiado por Miguel de Cervantes Saavedra, el manco de Lepanto.
El que fue a Sevilla, perdió su silla; y el que a la pelota ahorca, lo mandamos a Mallorca. El archipiélago balear es el nuevo hogar de este hombre, quien procura el sostén propio y de su hermosa familia dedicándose a la actividad inmobiliaria. Ojalá le vaya bien, para que ni se le ocurra volver. Al menos los jueves.
Fecha de nacimiento: 10-10-76.
Debut en el FdlJ: 1999.
Si quiere que defienda: presione 1.
Si quiere que juegue en el medio: presione 2.
Si quiere que ataque: presione 3.
Si quiere ver fútbol: rece por su ausencia.
Michael Bolton